Cuando el grupo autodenominado «Estado Islámico», junto con militantes suníes leales a la antigua dictadura baazista secular de Sadam Husein y tribus antigubernamentales, lanzó una ofensiva contra los ejércitos de Irak y Siria. Las fuerzas de Estado Islámico ―también conocido como Daesh, (españolizado como Dáesh) o Daish ― empezaron atacando Samarra (Irak) ese mismo día y se apoderaron de Mosul la noche del 9 de junio, y de Tikrit el día. A fines de ese mes, Irak había perdido el control de toda la frontera occidental con Jordania y Siria. El 29 de junio de 2014, Estado Islámico declaró un «califato» que incluía a Siria e Irak. Abu Bakr al-Baghdadi, líder del grupo, fue declarado por este «califa y líder de todos los musulmanes». En agosto de ese año, una coalición internacional lanzó su propia ofensiva en la región, con el fin de sumarse al esfuerzo de los ejércitos sirio e iraquí para hacer frente a la insurgencia de Estado Islámico. El primer ministro de Irak, Nuri al-Maliki, pidió un estado de emergencia nacional el 10 de junio, tras el ataque en Mosul, pero fue denegado por el Consejo de Representantes de Irak, donde muchos parlamentarios suníes y kurdos boicotearon la sesión oponiéndose a un incremento de los poderes del primer ministro. A medida que las fuerzas de seguridad iraquíes se retiraban hacia el sur, las fuerzas del Gobierno Regional del Kurdistán llenaron el vacío y ocuparon parte de los territorios disputados entre Irak y Kurdistán, incluyendo el centro petrolero de Kirkuk. Los observadores internacionales interpretaron la movilización kurda como la última señal de la «creciente anarquía» en Irak. Siria decidió intervenir en la guerra con apoyo aéreo, y varios medios afirmaron que la Guardia Revolucionaria Iraní, al mando del general Qasem Soleimani, participaba en el conflicto desde hace tiempo, cosa que el gobierno iraní había desmentido. El 8 de agosto de 2014, a petición urgente de Irak y con el argumento de Barack Obama de que «Estados Unidos no podía quedar indiferente al conflicto», el país estadounidense decidió intervenir en la guerra que Irak estaba llevando a cabo contra Estado Islámico, con el objetivo declarado de defender las minorías cristianas y yazidíes que estaban siendo masacradas por los yihadistas, además de resguardar a las instalaciones y militares estadounidenses situadas en dicho país. Por ello, Estados Unidos decidió bombardear posiciones de los terroristas, limitándose a realizar solo ataques aéreos. Más tarde, Obama expresó su deseo de crear una coalición internacional con el objeto de acabar con los yihadistas, apoyada y conformada por treinta países y respaldada por las Naciones Unidas. Estados Unidos denominó a su operación militar en la guerra contra Estado Islámico como Operación Determinación Inherente u Operación Resolución Inherente. Tanto Nahla Al-Hababi (representante de la provincia de Nínive en el Parlamento iraquí) como Qasim Al Araji (legislador iraquí) y Hadi Al Ameri (secretario general de Badr), afirmaron que Estados Unidos había entregado intencionalmente armas al grupo Estado Islámico. Varios los analistas políticos creen que Estados Unidos creó a Estado Islámico para acabar con el Gobierno del presidente sirio Bashar Al Assad. Por otra parte, Yousaf al Salafi (un comandante de Estado Islámico capturado por los servicios de inteligencia pakistaníes) afirmó también que el grupo terrorista recibe financiación de Estados Unidos para comprar armas, operar y reclutar jóvenes que combatan en Siria, Irak y Pakistán. A pesar de que la ofensiva de la coalición contra Estado Islámico se basa en los ataques aéreos, sus tropas se han visto atacadas mientras entrenaban a fuerzas iraquíes en sus respectivas bases. Estas solo respondieron de manera defensiva, respetando el protocolo de guerra planeado, aunque se llevaron a cabo algunas misiones ofensivas exclusivas para rescatar rehenes. En enero de 2015, Estado Islámico penetró y se instaló en Afganistán (estando este ya en guerra) para rivalizar con los talibanes, pero la OTAN detuvo su avance. Estado Islámico estaba ya interviniendo en esta fecha en el conflicto libio iniciado en 2014. Posteriormente, la guerra contra Estado Islámico se ha expandido Egipto, Nigeria y Rusia además de Israel, Turquía y Líbano.